miércoles, 29 de octubre de 2008

Revolucion de mayo (1810)

Revolución de mayo, conjunto de acontecimientos ocurridos en Buenos Aires entre el 18 y el 25 de mayo de 1810, a raíz de los cuales se puso en marcha la independencia respecto del poder colonial español de lo que habría de ser Argentina y, por extensión, de los territorios del virreinato del Río de la Plata. Durante esos días, también denominados Semana de Mayo, se produjo el arranque de uno de los procesos fundamentales de lo que se ha dado en llamar emancipación de América Latina.












Despertar patriotico

A partir de las invasiones inglesas al Río de la Plata de 1806 y 1807, el deterioro de la dominación colonial española se venía incrementando en el virreinato rioplatense. En España, al tiempo, estaba teniendo lugar, desde 1808, la lucha contra la invasión francesa en la llamada guerra de la Independencia y gobernaba en nombre del rey Fernando VII un organismo denominado Junta Central. La Junta de Sevilla —creada para mantener la resistencia contra los franceses— decidió en 1809 que en el virreinato se debía entregar el poder a un nuevo virrey, Baltasar Hidalgo de Cisneros. La noticia de la renuncia de la junta (que, por otra parte, sería sustituido por el llamado Consejo de Regencia) y de la conquista de Sevilla por los franceses, llegó a Buenos Aires a mediados de mayo de 1810, aunque ambos hechos habían tenido lugar meses antes.






La semana de mayo






El viernes 18 de mayo, el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros reconoció esa situación en la lejana España mediante un bando que pedía la fidelidad al rey español. Un día más tarde, algunos criollos que se habían reunido a tal fin en los domicilios particulares de Nicolás Rodríguez Peña y Juan Hipólito Vieytes (quienes encabezaban una sociedad secreta favorable a la independencia) solicitaron que se convocara cabildo abierto. Dos patriotas criollos, Juan José Castelli y Martín Rodríguez, enviados por los reunidos, se entrevistaron con el virrey, a quien le trasladaron esa petición.
De inmediato, ante la presión popular, se convocó el día 20 y se celebró el 22 un cabildo abierto que decretó el cese del virrey Hidalgo de Cisneros y la constitución de una Junta Soberana, que solo reconocía la autoridad de Fernando VII. El 23 de mayo, la Junta, integrada por los criollos Cornelio de Saavedra y Castelli, y por dos peninsulares (españoles), nombró presidente a Cisneros. Un día después, Saavedra y Castelli renunciaron a sus cargos. En la mañana del día 25, las milicias criollas del Regimiento de Patricios, de las que era comandante Saavedra, se reunieron en la plaza situada frente al edificio del cabildo (la hoy llamada plaza de Mayo, entonces plaza de la Victoria) y entregaron a los reunidos una lista confeccionada por 476 destacados ciudadanos bonaerenses en la que figuraban los nueve miembros de la nueva junta que habría de ser nombrada. Los patriotas impusieron su criterio, favorable a los criollos, depusieron ese mismo día a Cisneros y crearon otra Junta presidida por Saavedra, de la que formaban parte Mariano Moreno y Juan José Paso, en calidad de secretarios, y los vocales Manuel Belgrano, Castelli, Domingo Matheu, Manuel Alberti, Juan Larrea y Miguel de Azcuénaga. Únicamente dos de ellos eran españoles: los comerciantes Larrea y Matheu. Inicialmente, se mantuvo una declaración de fidelidad hacia la autoridad regia de Fernando VII, ante la inestabilidad inicial del gobierno autónomo. El propio día 25, el cabildo proclamó el Reglamento que habría de regular el funcionamiento de la que habría de ser conocida como primera Junta. Ese Reglamento es considerado uno de los antecedentes del constitucionalismo argentino.
Poco tiempo después, el gobierno provisional rompió con los representantes del monarca y lanzó una enérgica campaña para llevar al interior del país la revolución, si bien resultó un fracaso. Sin embargo, las tropas realistas sufrieron importantes derrotas en 1812 y 1813. Después de la Revolución de mayo, algunas ciudades —como Córdoba— se opusieron a la decisión arbitraria de Buenos Aires y surgieron algunos movimientos antirrealistas. Mientras tanto, Buenos Aires decidió enviar expediciones para propagar el movimiento revolucionario. En 1812 llegaron José de San Martín y Carlos de Alvear para ponerse al frente del Ejército rebelde, proporcionándole un carácter más profesional. Fue San Martín el encargado de organizar el Regimiento de Granaderos a Caballo, que tuvo tanta importancia en las guerras de la independencia argentina y que tuvo su bautismo de fuego el 3 de febrero de 1813 en la batalla de San Lorenzo. Con posterioridad se dirigió a Cuyo, donde organizó el Ejército de los Andes, con el que cruzó a Chile y Perú.

De 1810 a 1815


Entre 1810 y 1815 se sucedieron varios gobiernos: Primera Junta, Junta Grande, Primer Triunvirato, Segundo Triunvirato; todos ellos tenían su sede en Buenos Aires y asumieron las mismas funcionse adhirieran a la nueva forma de gobierno, pero al estar dominados por los españoles, optaron por permanecer separados. En 1814, Fernando VII volvió a ocupar el trono de España y los que luchaban en el Alto Perú habían retrocedido hasta Salta; por lo tanto, fue necesaria la declaración oficial de independencia, que se proclamó en 1816 en el Congreso de Tucumán.



El triunfo de la Revolución de mayo no solo acabó por suponer el surgimiento de Argentina y la desmembración territorial de lo que había sido el virreinato del Río de la Plata (pues de este último surgirían además Bolivia, Uruguay y Paraguay), sino que fue la única victoria definitiva y permanente de todos los procesos que estallaron en el inicio de la emancipación de las colonias españolas en América.
es del virrey. Se enviaron expediciones al Alto Perú y a Paraguay para que estos territorios se adhirieran a la nueva forma de gobierno, pero al estar dominados por los españoles, optaron por permanecer separados. En 1814, Fernando VII volvió a ocupar el trono de España y los que luchaban en el Alto Perú habían retrocedido hasta Salta; por lo tanto, fue necesaria la declaración oficial de independencia, que se proclamó en 1816 en el Congreso de Tucumán.



El triunfo de la Revolución de mayo no solo acabó por suponer el surgimiento de Argentina y la desmembración territorial de lo que había sido el virreinato del Río de la Plata (pues de este último surgirían además Bolivia, Uruguay y Paraguay), sino que fue la única victoria definitiva y permanente de todos los procesos que estallaron en el inicio de la emancipación de las colonias españolas en América.




















Fuente : Encarta 2008





Publicado por : Aragunde Sofia





Aristiqui Daniela





Mustafa Ileana





1ºB Cs. Naturales






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